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Ascensorista de Guardia


Presentación

Platero es pequeño, peludo, suave;
tan blando por fuera, que se diría todo de algodón…

No soy pequeño,
ni peludo,
ni suave,
ni blando por fuera,
lo de ser un poco burro, no podría descartarlo
y por eso, sin venir a cuento, comienzo este particular diario, con Platero.
No soy Juan
ni Ramón
ni Jiménez
lo de ser un gran poeta, está completamente descartado.
y por eso, como si fuera un cuento, comienzo este blog particular
con algo de fantasía
con pocas rimas
con malos versos
con muchas emociones
con pronóstico incierto
y una ilusión:
Contar, contar hasta donde pueda, algo de mi oficio.
Compartir lo que soy, lo que somos,

Quizá, porque si logro contarlo
vosotros, vosotras y yo
sabremos algo,
algo más de mí,
de nosotras y nosotros,
de lo que hacemos,
de quiénes somos.

Es cierto, perdonad,
no lo he dicho,
soy ascensorista
ascensorista de guardia,
a su servicio.

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Poco presentable

Hay días en los que la sed es metáfora de ansia fiera, anhelo, o espera ilusionada: sed de venganza, sed de esperanza, sed de ti.

Sí, pudiera ser enfado.

No lo sé
quizás sea desasosiego, sueño, el calor, quizás que el trabajo se atranca, que las averías se empecinan, que andamos de sobrecarga…

Érase una vez…

Cuentan nuestros mayores, no sé si es leyenda o verdad verdadera, que se hizo un concurso de ideas, en un gran edificio donde se acumulaban quejas por la lentitud de los ascensores…