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Ascensorista de Guardia


Sí, pudiera ser enfado.

No lo sé
quizás sea desasosiego, sueño, el calor
quizás que el trabajo se atranca,
que las averías se empecinan,
que andamos de sobrecarga.

Pudiera ser, ¡qué se yo!, el verano,
o que andamos ya cansados.
pudiera ser, simplemente enfado,
contra nada,
ni contra nadie,
ni contra mí siquiera,
o contra todo,
contra todos,
contra mí incluso,
que parece algo distinto
pero en el fondo es lo mismo.

Sea lo que sea
hoy tengo uno de esos días
en que,
a falta de otra energía,
tiro de mi enfado,
tiro de mi rabia
y de los vestigios de amor propio
hasta que ese maldito ascensor
empiece a girar en condiciones
por sus santos cojinetes.

Soy ascensorista, ascensorista de guardia… en un día de cabreo.

El tiempo vertical

Yo, que oficio la verticalidad en el espacio, aprovecho esta breve altura
para reivindicar también un tiempo vertical, un momento o una eternidad, que salga de esa horizontalidad tan cotidiana…

Citius, altius, fortius

Citius, altius, fortius («más rápido, más alto, más fuerte»), fue, y es, un buen lema para simbolizar el espíritu olímpico. El sector de los ascensores, en un afán de superación constante y al calor del desarrollo tecnológico de la segunda mitad del siglo XX, pareció adoptarlo también como objetivo implícito en una loca carrera por llegar no se sabe muy bien dónde…

Brindemos

Brindemos compañeros, por el viticultor y el enólogo, por quien nos sirve esta buena botella y por las que vengan tras ella…