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Ascensorista de Guardia


Tenues hilos

«Tenues hilos tejen la espera…»

(Una y mil noches. Proyecto Alquimia)

De un hilo penden:
Damocles y su espada,
el botón de mi solapa,
el futuro del condenado,
la salud del desahuciado,
el gusano y la araña,
el anzuelo al final de la caña,
tu voz en el teléfono fijo,
la paz en un armisticio…

Los ascensores no,
no penden de un hilo
ni de dos, ni de tres.
Cuelgan firmes y robustos,
sujetos por cables de acero
que soportan toneladas de peso.

Es parte de nuestra tarea,
cuando el mundo pende de un hilo,
garantizar que el ascensor

siga siendo un lugar protegido.


Somos, soy, ascensorista, ascensorista de guardia a su servicio.

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Mi despacho

Mi oficina no es muy ancha, hay días que mide, algo más de un metro por un metro… cuando llega a dos me imagino que cabe una portería y casi se puede jugar al fútbol….

Citius, altius, fortius

Citius, altius, fortius («más rápido, más alto, más fuerte»), fue, y es, un buen lema para simbolizar el espíritu olímpico. El sector de los ascensores, en un afán de superación constante y al calor del desarrollo tecnológico de la segunda mitad del siglo XX, pareció adoptarlo también como objetivo implícito en una loca carrera por llegar no se sabe muy bien dónde…