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Ascensorista de Guardia


El tiempo vertical

La noción de espacio es amplia: ancho, fondo, alto.
El tiempo, en cambio, parece inexorablemente unidimensional…
Solo hacia delante,
el pasado es solo un recuerdo presente,
el presente un efímero anticipo del futuro.

Y yo, que oficio la verticalidad en el espacio,
aprovecho esta breve altura
para reivindicar también un tiempo vertical,
un momento o una eternidad,
que salga de esa horizontalidad tan cotidiana.

Es «el otro tiempo», un tiempo radicalmente «otro»
donde los relojes dejan de tener poder y sentido
porque, lo realmente sentido,
ese eterno instante,
va más allá, simplemente más allá.

Verás, creas o no,
tú también lo habrás vivido,
hay escenas, momentos, músicas, encuentros,
donde el presente se hace realmente presente
y todo lo pasado y lo futuro
ocurre aquí y ahora.
No ya en el vértigo, sino en el sosiego,
no en la enajenación, sino en la conciencia,
no en la soledad, sino en la unidad,
el tiempo se hace, a la vez, alto y profundo
enteramente vertical.

Este es mi oficio, construir utensilios
que nos permitan atravesar el espacio de arriba a abajo.
Este es hoy mi sueño:
dejar de arañar el tiempo, para trascenderlo.

Soy ascensorista, ascensorista de guardia, a su servicio

…día del padre.

Mi padre se llamaba José y le gustaba la carpintería  (que nadie se confunda, yo ni hago milagros ni me llamo Jesús).  Y, aunque resulte obvio, me apetece contar que todos los ascensoristas somos hijos de alguien y, en ocasiones, padres…

Trabajar de oído

Los ascensores, para quien tiene el oído educado, hacen algo más que ruido, casi música, mucho ritmo…